EL CARRITO ROJO DEL PANADERO
¡Que rico era ese pan!
Mucho mejor que el de la panadería.
Esperábamos ese carrito rojo, de la “panificación”, que era precedido por el reiterado sonar característico de su corneta.
Nuestras madres salían a su encuentro. El repartidor detenía el carrito, bajaba, anunciaba sus productos, las novedades, y mostraba su carga, abriendo la puerta trasera del carrito.
Pan Lactal, francés, pan negro integral, baguettes, facturas, emperadores, budines, dulces y todo lo rico que uno deseara.
La modernidad se lo tragó.
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