viernes, 22 de abril de 2016

EL SIMULCOP

EL SIMULCOP

EL SIMULCOP


Otra “cosa vieja”, desaparecida, es el simulcop, nuestro ayudante de dibujo.

EL SIMULCOP
El Simulcop fue patentado en 1959 por Jacobo Varsky como un conjunto de "plantillas de dibujo" y editado por Luis Lasserre. Este lo sacó al mercado con una nota: "Amiguito: Simulcop espera ser para ti un colaborador con el que podrás vencer las dificultades que tienes para realizar bien tus dibujos. En sus hojas hallarás todo el material gráfico necesario para que cada tema que desarrolles en tu cuaderno pueda ser ilustrado con su dibujo en forma fiel y perfecta, y así alcanzar la vivencia que facilite a tu mente el retenerlos".

EL SIMULCOP
El Simulcop (un cuadernillo de hojas papel manteca con versiones para los distintos grados que traía los dibujos que se necesitaban para todo el año) tenía algo de mágico y también de tramposo. El Simulcop se presentaba (y no sin razón) como “el dibujo que dibuja”. Era un librito con diferentes imágenes en papel de calcar para poder hacerlas en el cuaderno.



Un buen día, allá por mediados de los 70, desapareció

lunes, 8 de febrero de 2016

CARRITOS DE RULEMANES

CARRITOS CON RULEMANES



CARRITOS DE RULEMANES

Ya los chicos no los arman. Mucho Trabajo. La modernidad le brinda sustitutos o juguetes que no requieren mano de obra.

Normalmente los armábamos entre varios, para luego disputarnos su uso.

CARRITOS DE RULEMANES

Lo más difícil era conseguir los rulemanes. Recorríamos los talleres mecánicos de la zona para ello.
Mi abuelo era maestro mayor de obra, y en ésta conseguíamos las maderas. Lo divertido era armarlo.
El eje de adelante debía ser movible, unido con un importante tornillo, que se cerraba con tuerca mariposa.
Al eje le sujetábamos sogas o cuerdas anchas, y ya teníamos el volante.
Los frenos eran otra historia, generalmente a zapatilla limpia.
Algunos  les ponían cada lado del cajón que hacía de chasis unas maderas y abajo clavaban unas suelas de goma que al apretarlas contra el suelo hacían de freno.
Corríamos carreras entre nosotros. También lo remoñcábamos con la bici.
CARRITOS DE RULEMANES
A veces nos escapábamos a la Bajada de Urquiza, (Vicente López) que era muy pronunciada, y ¡A volar!
Eso sí, abajo siempre había uno de nosotros para prevenir los posibles autos que pudieran circular por esa calle.

Los niños de hoy día no saben lo que se pierden.