miércoles, 13 de noviembre de 2019

Las Esculturas en el frente de la Confitería Del Molino Ya no existen


Las Esculturas en el frente de la Confitería Del Molino


Ya no existen


 Esculturas en el frente de la Confitería Del Molino
Las trece esculturas que ornaron el frente fueron colocadas en julio de 1916 por encargo de Cayetano Brenna, el dueño de la confitería, para conmemorar el Centenario de la Independencia... y años después fueron removidas. Estas esculturas representaban las provincias de la época. Son todas mujeres y cada una sostiene un escudo con las armas de una provincia argentina. Cada pieza está colocada en un nicho en hornacina que, por atrás, tenía una luz. (La foto muestra el frente sobre Callao)


Fuente: Fotos antiguas Ciudad de Bs. As.

lunes, 11 de noviembre de 2019

BOLETO DE TREN PARA PERROS Algo que pocos saben que existió

BOLETO DE TREN PARA PERROS

Algo que pocos saben que existió

BOLETO DE TREN PARA PERROS Algo que pocos saben que existió
Los perros tenían que viajar en el furgón y acompañados por sus dueños, responsables de los daños que estos pudieran ocasionar

viernes, 8 de noviembre de 2019

RECORDANDO LA CARCEL DE LAS HERAS

RECORDANDO LA CARCEL DE LAS HERAS 

DE FRONDOSA HISTORIA


También llamada Penitenciaría Nacional.
Se inauguró el año 1877. Se comenzó a demoler en 1961, y la demolición definitiva se concretó en 1962.

Así lucía en 1900.
En ella estuvo preso Juan Moreira entre otros muchos.
Tuvo varios fusilados famosos. Allí fue fusilado Severino Di Giovanni.
La "Revolución Libertadora" ó "Fusiladora" entre otros, allí fusiló al General Juan José Valle.
También de allí se fugó el famoso Villarino, ·el rey de las fugas", en el año 1960.

Desde la demolición hasta 1982 quedó abandonada.
Hoy allí se encuentra la Plaza Las Heras


EL FOTÓGRAFO CALLEJERO Otro de los oficios que ya no existen

EL FOTÓGRAFO CALLEJERO 

Otro  de los oficios que ya no existen

EL FOTÓGRAFO CALLEJERO
Ya no se vé en nuestras plazas públicas el amable señor que retrataba la felicidad de grandes y chicos que acudían a ellas.


OFICIOS QUE YA NO EXISTEN EN BUENOS AYRES: EL LECHERO

OFICIOS QUE YA NO EXISTEN EN BUENOS AYRES: EL LECHERO

OFICIOS QUE YA NO EXISTEN EN BUENOS AYRES: EL LECHERO

Antiguamente no existían los elementos conservantes para hacer durar la leche. Por ello el lechero, muchas veces acompañado por su familia menuda, recorría casa por casa las calles de Buenos Aires.
OFICIOS QUE YA NO EXISTEN EN BUENOS AYRES: EL LECHERO

Generalmente hacía conocer su presencia con campanillas, que avisaban su llegada.
OFICIOS QUE YA NO EXISTEN EN BUENOS AYRES: EL LECHERO

Hoy ya no recorren nuestras calles.

LOS TRANVIAS FUERON COCHES FUNEBRES

LOS TRANVIAS FUERON COCHES FUNEBRES




En 1887, un año después de la inauguración del cementerio de la Chacarita, se estrenó un servicio de pompas fúnebres en tranvía. Las formaciones movidas por caballos salían de la calle Centro América (actual Pueyrredón) y Corrientes, y se detenían en la estación fúnebre de Bermejo (actual Jean Jaures) para que ascendieran sus silenciosos “pasajeros". Después seguían un recorrido muy parecido al de la línea B de subterráneos. En un coche del tranvía fúnebre iba el muerto y en el otro, sus deudos. Había servicio de primera, que circulaba en horarios a pedido del cliente. En cambio, los difuntos obligados a ir en segunda o tercera clase debían esperar los horarios fijados por la Intendencia. Las buenas noticias eran que en tercera no se pagaba y que, pagaran o no, todos los pasajeros llegaban a la Chacarita. Ya desde 1870 también había tranvías nupciales, más felices que los anteriores, que llevaban a los novios hasta la iglesia. 

miércoles, 6 de noviembre de 2019

lunes, 4 de noviembre de 2019

jueves, 31 de octubre de 2019

EL DESHOLLINADOR Oficios que ya casi no existen


EL DESHOLLINADOR



EL DESHOLLINADOR   Oficios que ya casi no existen

Oficios que ya casi no existen


El trabajo era bastante sucio, pese a la elegancia vetusta de la vestimenta. Montados en sus bicicletas los deshollinadores pedaleaban con una soga de cuarenta metros, un plomo, un cepillo, una cadena y tres baquetas: una larga, una mediana y una corta, además de un cepillito de cerda, de mano, de unos cuarenta centímetros de largo. Así recorrían las calles camino a cumplir con sus tareas, que sin lugar a dudas facilitaban el ingreso de Papá Noel por las chimeneas porteñas.

La revista semanal del diario "La Nación", del domingo 1° de diciembre de 1929 ilustraba con dos fotografías la particular y pintoresca apariencia de un deshollinador de Buenos Aires, trabajador cuya función básica era la de limpiar la parte espesa del humo - el hollín - que se pega en las chimeneas.

Cuenta el pintor Aldo Severi que en sus primeros años infantiles en el barrio de La Boca, al inicio de los ´30, cada vez que aparecía el deshollinador por la plaza Almirante Brown, con su galera y sus cepillos, asustado por esa silueta negra de pies a cabeza que se desplazaba ágilmente en bicicleta, corría a buscar refugio, junto a otros chicos, en su casa de Alvar Núñez 271.

Ya no está el deshollinador húngaro Nicolás Egresi, ni Ruperto Hammer, ni Juan Katzenhofer "primer y único deshollinador práctico con diploma", ni Juan Weber, ni Florencio Domínguez, tampoco Andrés Kramer, ni el francés diplomado Rolando Mino, y la empresa "El Falucho" de Cayetano Raielo ya no existe.
"Este oficio no está en extinción, sino que ya desapareció por completo", decía el deshollinador Omar Bastilla durante un reportaje publicado en un matutino en junio de 1999. 
Esos señores con su cara tiznada de hollín, vestidos de negro, con levita y galera, son actualmente figurita muy difícil dentro del paisaje porteño. Bastilla, y Leopoldo Benegas son tal vez los dos únicos sobrevivientes.
Benegas, que antes de dedicarse a esta tarea fue piloto de planeadores y fumigador, tiene una interesante cantidad de aparatos de alta presión con los que suple a los tradicionales cepillos.

.."En este tipo de trabajo encontramos de todo -comenta nuestro deshollinador- una vez apareció un cajoncito lleno de dólares, aunque bastante chamuscados. En otra oportunidad fue un cofre con 120 gramos de oro. El que limpia encuentra."

Por su parte, Bastilla cuenta que empezó por casualidad en este oficio hace ya tres décadas.

Era técnico mecánico egresado del Otto Krause y tenía un negocio de motos, pero a raíz de un accidente automovilístico, tuvo que cambiar de vida. Fue entonces cuando su tío eslavo, Iwica Martincevich, lo invitó a integrarse a la empresa "Deshollinadores Los Europeos", que había formado en los años 40 junto a un compatriota y a un alemán que habían llegado a esta tierra queriendo dejar atrás los horrores de la guerra.

Bastilla no utilizó bicicleta, fue el primer deshollinador en moto. Por entonces había calderas a leña, a carbón de coque y a petróleo crudo. Rápidamente aprendió el oficio y comenzó a recorrer temerariamente los conductos de venteo subterráneos, desapareciendo del mundo visible para introducirse en otro tan mágico como lleno de hollín y de inesperadas situaciones. Como aquella vez en que limpiaba una caldera y quedó atascado. ..."Me metí en un conducto para destapar un codo, entré muy justito. Cuando quise salir no pude. Comencé a escuchar los ruidos que hacía el fogonero al preparar fuego para echar a la caldera, fue entonces cuando empecé a gritar y gritar. Me sacaron los bomberos."...

Cuenta la leyenda europea que ver un deshollinador durante la mañana trae suerte, considerando su supuesta fobia a la luz del día. Por esta razón muchas veces, queriendo quedarse con algún souvenir - amuleto, al deshollinador le arrancaban algún botón de su levita del tipo jaquet, o un mechón de pelos de la baqueta, porque como suelen justificar algunos "no hay suerte dada sino arrancada".

Los pelos de la baqueta son alambres retorcidos hechos a mano por el propio deshollinador, sacando esos pelos el cepillo se afloja, hasta que llega a desarmarse totalmente.
Con el paso del tiempo, los cambios de hábitos y los adelantos tecnológicos, la combustión producida por el carbón y el petróleo fue perdiendo espacio frente a la producida por el gas, con un residuo de hollín - residuo graso de la combustión - cada vez menor.

Los servicios que se hacían una vez al mes pasaron a ser anuales, o cada dos años, según el tipo de quemador, lo que significó "la sentencia de muerte del deshollinador".

La Guía Telefónica edición 2000/01, en sus Páginas Amarillas, incluye sólo dos empresas de deshollinadores, la ya mencionada "Los Europeos", y "Aquae".

La iconografía de este oficio ofrece varias fotografías y algunos notables dibujos, como los de Pablo Fabisch y Huadi, entre otros.

Aquel que era el mago negro
en destapar chimeneas
de estos barcos de cemento
sin anclas y con veredas.

Emilio Breda. "El deshollinador".


lunes, 21 de octubre de 2019

viernes, 18 de octubre de 2019