PLANCHAS A CARBON Y PLANCHAS DE HIERRO
Antes
del uso de la electricidad en los electrodomésticos se utilizaban otros métodos
para cubrir las necesidades hogareñas.
La
plancha que vemos en la fotografía se calentaba al fuego y a continuación se pasaba
sobre la ropa para dejarla lisa, era un método laborioso ya que cuando la
plancha se enfriaba ya no cumplía su función y tenían que volverse a calentar.
Por este motivo, lo normal era tener más de una plancha y mientras se utilizaba
una el resto se calentaban.
Este
sistema se utilizó hasta principios del siglo XX donde se idearon varios
sistemas para evitar que la plancha se enfriara y tener que volver a calentarla
constantemente. Y las primeras planchas, generalmente realizadas en hierro, se
calentaban al fuego, para hacer efectiva la labor del planchado era necesario
utilizar dos planchas pues mientras una se estaba utilizando la otra se
calentaba sobre la estufa.
Posteriormente
aparecieron las planchas huecas que se cargaban de brasas, denominada también
plancha a carbón.
Un sistema muy popular y extendido consistió en fabricar una
plancha que se destapaba como una caja, en su interior se colocaban trozos de
carbón que mantenían el calor en el interior más o menos constante.
En
el Siglo XIX aparecieron las planchas de lavandería que se calentaban sobre
fogones en un principio, hasta que se comenzaron a aplicar otros métodos, como
el agua caliente, gas o alcohol.
En
la antigüedad la ropa sin arrugas han sido un símbolo de ostentación,
refinamiento, pulcritud y categoría social durante más de 2.500 años. Nunca fue
fácil conseguir este efecto. Las planchas antiguas primitivas
empleaban la presión. Sólo algunas utilizaban el calor para eliminar arrugas o
formar pliegues en las prendas recién lavadas.
En
el siglo IV a.C., los griegos usaban una barra de hierro cilíndrica calentada,
similar a un rodillo de amasar, que se pasaba sobre las ropas de lino para
marcar los pliegues.
Dos
siglos más tarde, los romanos ya planchaban y alisaban con un mazo plano,
metálico, que literalmente martilleaban y plastaban las arrugas. Con estos
dispositivos, el planchado era una tarea prolongada y tediosa. Era un trabajo
que hacían los esclavos.
Los
vikingos del siglo X apreciaban las prendas exentas de arrugas. Empleaban como
plancha una pieza de hierro en forma de hongo invertido, que movían adelante y
atrás sobre la tela húmeda. La ropa planchada y con pliegues marcados servía
para establecer la distinción entre las clases altas y bajas. Los campesinos no
tenían tiempo para planchar con tanto esmero, y los pliegues eran un signo
externo de que se contaba con esclavos o sirvientes.
Hacia
el siglo XV, las familias europeas acomodadas utilizaban la plancha llamada “de
caja caliente” provista de un compartimiento para carbón o un ladrillo
previamente calentado.
Las
familias más pobres todavía utilizaban la plancha sencilla de hierro, con
mango, que se calentaba periódicamente sobre el fuego. La gran desventaja de
esta plancha era que el hollín se adhería a ella y pasaba a las ropas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario